Es un método mucho más rápido que los procesos judiciales.
Evita la dilación porque son las partes junto al mediador las que gestionan los tiempos y no hay señalamientos, vistas, tiempos para recurrir, ect., Lo habitual son sesiones semanales, (dependiendo de la agenda de las partes) y esto es más motivador. Se van alcanzando acuerdos parciales, poco a poco y a medida que avanza el proceso de mediación, el conflicto va suavizándose.