Estrés: Eutrés y Distrés

Estrés: Eutrés y Distrés

Desde el 21 del corriente mes y hasta el 21 de junio disfrutamos de la primavera, la estación que dicen “altera la sangre”, despierta sensaciones aletargadas en el invierno y nos hace estar más felices. Como decía Pablo Neruda…”Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”, así que os invito a observar vuestro alrededor, buscar esos colores florales, respirar el perfumado aire fresco que nos trae esta bonita estación, y relajaos para evitar el distrés.

Estrés: Eutrés y Distrés

La sociedad actual atraviesa una incertidumbre permanente por la situación económica y laboral, el ritmo es frenético, jóvenes y no tan jóvenes están desmotivados por su poco halagüeño futuro profesional, muchos buscan el dorado allende nuestras fronteras, otros emprenden negocios con la esperanza de alcanzar posicionamiento en el mercado y encontrar el soñado estado de bienestar, los niños viven jornadas maratonianas que finalizan con actividades extraescolares de lo más variopinto, clases de chino, de violín, de patinaje, etc; Y así con este panorama oímos continuamente hablar de estrés, nos hemos acostumbrado a que forme parte de nuestra vida, sabemos que conlleva consecuencias negativas para nuestra salud y lo hemos asumido, pero ¿qué es el estrés?

La Real Academia Española de la Lengua define el estrés como “la tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves”. Por otro lado, psicológicamente se entiende por estrés la respuesta ante cualquier situación de superación de un obstáculo, de peligro o de cambios.

Nos sentimos estresados cuando las demandas del entorno, ya sea laboral o personal, o las exigencias y retos que nos imponemos, superan nuestra capacidad para afrontarlos con éxito. Ello nos provoca inestabilidad emocional, la cual puede ser puntual o duradera en el tiempo si la situación generadora del estrés perdura.

Si analizamos las anteriores definiciones vemos que no todas las situaciones que calificamos como estresantes son graves o negativas. La propia definición de la RAE dice “a veces graves”, no dice siempre. Así responder a una situación de superación de un obstáculo o peligro es sumamente positivo, lo negativo seria no responder, bloquearse ante aquella. Por tanto, entendemos que el estrés puede ser positivo o negativo según nuestra personalidad y la reacción ante la situación desencadenante del mismo. De hecho, la Ciencia Psicológica establece, entre otras, dos tipologías de estrés: el eutrés y el distrés.

El eutrés es un estrés positivo. A modo de ejemplo sería el estrés que experimenta un atleta cuando está en la línea de salida de una competición deportiva; o sería el que se da en una situación de conducción de un vehículo bajo condiciones meteorológicas de lluvia y viento. En estos casos se genera un estrés puntual, son situaciones concretas que alteran la emocionalidad, pero lo hacen de modo ocasional y tienen una corta duración en el tiempo. Las consecuencias del eutrés son incluso beneficiosas, en ambos ejemplos provoca cambios, acelera el corazón, el ritmo cardíaco, la velocidad mental; en el primer caso genera estar en alerta, competitividad y luchar por el objetivo, genera ambición sana, y los músculos reciben más combustible para una acción inmediata; en el segundo caso dispara la adrenalina para salir del peligro, activa en el cuerpo el eje hipotalámico pituitario adrenal, preparándolo para luchar o huir, y los músculos se preparan para actuar inmediatamente, ésto incluso puede ayudarnos a salvar la vida. Es una actitud innata de huida o lucha que determinados seres vivos adquirimos de nuestros antepasados y que ayudó a perpetuar la especie. En lo cotidiano nos permite por ejemplo rendir bajo presión de plazos en el trabajo, dar todo, esforzarnos al máximo para acabar en tiempo record una tarea y una vez finalizada volver a nuestro estado emocional normal.

Hay estudios que concluyen que el eutrés es beneficioso, pues mantiene la estimulación, provoca rapidez, fortalece los músculos, agudiza el pensamiento, y ayuda a combatir las infecciones. Esto es así porque genera las siguientes sustancias:

  •  Adrenalina y noradrenalina que nos proporciona vitalidad y energía.
  • Ésta a su vez genera dopamina que es la hormona del placer y nos ayuda a enfocarnos en nuestro objetivo.
  • También genera serotonina que nos estimula y da confianza para afrontar los desafíos.
  • Se ponen en marcha los neuropéptidos, que son potentes analgésicos naturales que anulan el estrés negativo o distrés.

Por tanto, el eutrés es saludable para “ponernos las pilas”, para estar alerta y avanzar, pero ¿qué ocurre si nuestro cuerpo y nuestra mente no descansan? ¿qué ocurre si nos acostumbramos a ponemos el motor al 200 % durante un tiempo prolongado? Comenzaremos a sufrir un estrés negativo o distrés.

El distrés es el aspecto negativo del estrés, cuando sentimos que no podemos hacerle frente a determinada situación, nos sentimos desbordados ante ella. Su inmediata consecuencia es un elevadísimo cortisol, el cual nos bloquea, comienza la somatización y los perjuicios en la salud pudiendo llegar a ser graves. Los síntomas de esta subida de cortisol son de diversa índole:

  • Síntomas psicológicos o emocionales: desconcentración, incapacidad de tomar decisiones, dificultad para actuar, miedos, irritabilidad e ira, falta de memoria, ansiedad, pesimismo, frustración, trastornos emocionales, ansiedad y pánico, desesperanza y desesperación.
  • Síntomas físicos: agotamiento generalizado, dolores de cabeza, presión en el pecho, temblores, insomnio, diminución de la libido, obesidad, patologías en la piel, dolor de espalda y cervical, trastornos intestinales (reflujos, flatulencias, calambres estomacales, nauseas, diarreas o estreñimiento), aumento repentino de la presión arterial, palpitaciones, dificultad para respirar, entre otros.
  • Síntomas conductuales: adicciones, impulsividad, alimentación compulsiva, abandono de responsabilidad, o aislamiento social.
  • Y la mayor consecuencia negativa es que se deprime el funcionamiento del sistema inmunológicopredisponiéndonos para el desarrollo de enfermedades incluso crónicas. Un estado de excitación permanente minará nuestras defensas, acabará con nuestra salud psíquica primero y física después.

Expuesta la importancia de llevar una vida sin distrés la pregunta es … ¿cómo evitarlo? ¿Qué podemos hacer para llevar una vida emocionalmente equilibrada?

Un alto porcentaje, por no decir el 100 %, de nuestro equilibrio emocional depende de nosotros, pues la última decisión sobre nuestra vida es exclusivamente nuestra. Lo principal es detectar el problema y detenerlo, detectar las causas y eliminarlas. Podemos sintetizar las principales causas de estrés negativo en las siguientes:

  • Procrastinar. Cuando algo nos cuesta o no nos agrada solemos posponerlo Es un error “dejar para mañana lo que puedas hacer hoy”, acabará por agobiarnos, se acumulará a otras tareas o decisiones. Cuanto antes lo hagas antes se acabará esa situación estresante.
  • Pensamientos recurrentes, preocupaciones en bucle. Cuando no conseguimos desconectar del problema, nos llevamos el trabajo a casa, o el problema personal al trabajo. Debemos aprender a manejar esta situación, a centrarnos en “el aquí y el ahora”, a ocuparnos más que preocuparnos.
  • Cerebro multitarea. Ese mito de que las mujeres podemos hacer 3 cosas a la vez … es eso, un mito, pues también los hombres pueden, pero para ninguno es beneficioso. La concentración es la clave del éxito. Intentar hacer varias tareas a la vez para así aprovechar el tiempo es un error, pues nuestro cerebro echará humo y acabará agotado. Debemos aprender a jerarquizar, a priorizar, y a comprometer nos con lo que realmente podemos cumplir.

  • Desorden. Si ordenamos nuestro entorno, nuestro lugar de trabajo y nuestro hogar, también mantendremos en orden nuestra mente, cuestión indispensable para nuestro equilibrio emocional.
  • Actitud pasiva o de bloqueo. Ocuparse si, preocuparse no, pues acabaremos bloqueados. En lugar de estar continuamente preocupados por una situación indeseada, hay que buscar soluciones y tomar una decisión respecto a aquella.
  • Aislamiento social. A menudo cuando hay un problema suele callarse, por discreción, por no molestar, o vergüenza. No obstante compartirlo con personas adecuadas es sano, tener otras perspectivas o puntos de vista puede ayudarnos a encontrar una solución, o simplemente a sentirnos comprendidos, a relajarnos.

Éstas serian algunas causas de distrés, las cuales una vez detectadas podemos eliminar con diversas acciones. Desde aquí os expongo algunas de ellas, os propongo practicarlas, y comenzar un estilo de vida para mantener el equilibrio emocional, relativizando los imprevistos y disfrutando de este viaje por la vida.

 

Básicos para un estilo de vida saludable y equilibrado:

  • Relajación física y psíquica.
  • Práctica de mindfulness.
  • Masajes faciales y corporales.
  • Práctica de actividad deportiva habitual.
  • Alimentación saludable
  • Sueño reparador. Ayudarse de infusiones o melatonina natural.
  • Reír. Aplicar el humor.
  • Relativizar, cero dramas.
  • Apoyarse en profesionales o lecturas psicológicas de forma preventiva. Coaching por ejemplo.
  • Pensamiento positivo: visualizar el vaso medio lleno.
  • Ser proactivo, no procrastinar.
  • Orden físico y mental.
  • Apoyo social positivo. Amigos. Disfrutar de momentos de ocio, recreativos.
  • Baños de sol moderado: vitamina D.

Bibliografía recomendada.

-      "El juego interior del estrés". W.Timothy Gallwey
-      "Inteligencia emocional". Daniel Goleman
-      "¿Quien se ha llevado mi queso?". Spencer Johnson
-      "Más allá del estrés". Tomás García Castro
-      "Vivir sin prisas". Linus Mundy
-      "Las gafas de la felicidad". Rafael Santandreu


By Esmeralda López Garrido. Mediadora – Coach personal, profesional y deportiva – Lic. en Derecho.