Autoliderazgo y Diversidad “8 estrategias para dejar de juzgar a los demás”
“La gente toma diferentes caminos
en búsqueda de la felicidad y la realización.
Que no caminen por tu mismo camino
no significa que se hayan perdido”
Dalai Lama
El autoliderazgo es esa capacidad de poder liderarnos a nosotros mismos, es decir, es hacernos responsables de nuestras acciones y resultados. Por ello, como profesionales de la resolución de conflictos, líderes de equipos, responsables en la gestión de personas o expertos en nuestra área de trabajo y quienes lidiamos casi todos los días con diferencias y conflictos, necesitamos autoliderarnos y no juzgar a la primera a las personas y a sus conflictos.
Desde mi punto de vista, es muy importante, que en la medida de lo posible, nos trabajemos primero a nosotros mismos, para poder ayudar luego a los demás, ya que a veces nos encontramos con perfiles llenos de prejuicios que no facilitan la resolución de conflictos, al contrario, entorpecen la gestión de las diferencias, porque se centran en juzgar y no en analizar de manera sistémica el problema.
Y ¿Qué significa juzgar? Juzgar es emitir un juicio u opinión de algo o alguien sin tener elementos suficientes que confirmen nuestro argumento. Con frecuencia las personas nos juzgan y nosotros también juzgamos a los demás, incluso a veces invertimos más tiempo en juzgar a los demás que en reconocer nuestras propias áreas de mejora.
Juzgar y vivir con prejuicios, quizás nos haga la vida más fácil porque solo nos relacionemos con personas de “Un grupo” “Estas características” “Con estas creencias” etc. Es posible que sea más fácil la vida así, pero no necesariamente significa que sea mejor, ya que de hecho esto hace que nos perdamos un mundo infinito por descubrir. En el fondo nos estamos limitando con nuestras propias creencias y prejuicios a conocer la riqueza de los otros y su maravillosa diversidad.
Miedo al rechazo
¿Te ha ocurrido alguna vez que con solo mirar la ropa de una persona, escuchar su tono de voz o ver sus rasgos físicos, te repela o no te sientes cómoda con ella? Es decir, apenas miras a una persona le “Cuelgas una etiqueta”“Seguro es esto” “Es lo otro”…. A veces juzgamos a las otras personas sin tener hechos objetivos, sólo para “Cerrarles nuestro interior” y “Calmar nuestro propio miedo y falta de confianza en nosotros mismos”.
En este sentido, os sugiero este ejercicio:
Mirar desde el corazón
Este ejercicio puedes hacerlo con personas de tu confianza y se trata de que aprendas como mediador y/o gestor de conflictos a mirar a la otra persona con el corazón y no con la mente, de manera de liberarnos de los prejuicios y conectar desde el corazón con los demás:
- El ejercicio se realiza por parejas
- Cada persona se sienta en una silla y mirándose a los ojos, a una distancia que no incomode a ninguna de las dos.
- Cada una fija la mirada en los ojos de la otra, sin distraerse, incluso si llega un pensamiento, que lo dejen ir.
- Evitar que hagan gestos, sólo que se centren en la mirada hacia la otra persona, la respiración y que se intenten relajar para ser ellas mismas
- Si alguna de las personas llega a reírse, o se salta alguna lágrima, que se haga de manera natural y que luego continúen con el ejercicio.
- Que cada persona piense en lo que está sintiendo y no en lo que estará pensando la otra. Reflexiona ¿Permites que el otro acceda a ti? ¿Te proteges desviando la mirada, riendo o enfadándote…? ¿Tiendes a juzgar a los demás? ¿Intentas agradar o ganar aprobación? ¿Intentas parecer una buena persona para que te juzguen bien?
- Imagina que la otra persona te desagrada: trata de descubrir su esencia y no te quedes con los pensamientos superficiales. Observa las respuestas y saca tus conclusiones.
- Imagina ahora que esa persona eres tú misma. Te estás mirando en un espejo. Lo que ves en ella también está en ti ¿Qué sientes ahora?
- Aplica estas conclusiones a la forma en que habitualmente te relacionas con los demás. Es probable que te de claves sobre aspectos de tu personalidad que hasta ahora desconocías o preferías no tener en cuenta
¡Este es el primer paso para ampliar tu conciencia!
Recuerda que ninguna persona es mejor que otra y que ninguna creencia está por encima de otra, cada creencia revela nuestra historia, donde hemos nacido, donde nos hemos desarrollado y quienes han estado cerca de nosotros, esos son algunos de los factores que influyen en nuestra formación de creencias y en cómo percibimos la vida ¡Lo importante es que siempre le des una oportunidad a las personas, ya que te puedes llevar grandes sorpresas, así como seguramente muchas personas se las han llevado contigo!
Ahora te propongo 8 razones para dejar de juzgar:
- No todos somos iguales: cada persona tiene sus propias creencias, manera de pensar y de actuar ¡Deja de ver el mundo solo según tu perspectiva! Lo que diga o haga otra persona, no tiene que ver contigo, sino con sus creencias.
- Baja la guardia: nos han enseñado a que necesitamos sobrevivir y apenas vemos algo que puede amenazar nuestro sistema de creencias, saltamos al cuello ¡Tranquilos, no somos los dueños de la verdad absoluta! Escucha a los demás.
- Nadie es perfecto: ¿Quién eres tú para juzgar a los demás? ¡Ojo con creernos que estamos por encima de los demás para juzgar y criticarlos!
- Mírate a ti mismo: si te miras más a ti y menos a los demás te podrás dar cuenta que tú tampoco eres perfecto, por tanto sé más tolerante con los demás.
- Las apariencias engañan: tómate tu tiempo para conocer mejor a las personas y sus circunstancias, antes de emitir un juicio sobre ellas.
- Quien juzga se define a sí mismo: cada persona se define por sus actos
- Busca lo bueno que hay en las personas: todas las personas tiene algo positivo, intenta buscar mínimo 4 cosas positivas de la otra persona ¡Seguro las encontrarás!
- ¡Ábrete! Abre la mente y acepta ser una personas más tolerante contigo y con los demás.
¡Nos despedimos hasta muy pronto, feliz verano!
Emprendedora Be Global
Consultora, Coach, Mediadora y Escritora